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La verdadera historia de Mulán

Actualizado: 22 feb 2021


Hola familia!

La gran mayoría conocemos la historia de Mulán (木兰 Mùlán) de la película de Disney, la cuál fue adaptada de un poema narrativo chino, titulado Balada de Mulán.

La fuente original del relato de Mulan se halla en una canción popular de la Dinastía Wei (386-557 EC) que fue llamada "La balada de Mulan". la primera transcripción conocida data del siglo VI. Desafortunadamente, este texto ya no existe y el poema aparece en otra obra como la "Music Buraeu Collection". Esta es una antología de lírica, de canciones y poemas compilados por Guo Maoqian durante el siglo XI o XII. El autor afirma explícitamente que el "Musical Records of Old and News" fue la fuente del poema de Mulan.

La siguiente aparición del relato de Mulan es de la Dinastía Ming. En 1593, el dramaturgo Xu Wei dramatizó la leyenda como "La femenina Mulan o la Heroina Mulan va a la guerra en el palacio de su padre" . Era una pieza en dos actos. La última de las más importantes versiones de la balada, fue incorporada al Romance Sui-Tang, una novela histórica del Siglo XVII. Asi pues, el relato a cerca de la mujer guerrera Hua Mulanquedó impreso en la memoria popular.

Leyenda

En la historia Mulan se disfraza de hombre para ocupar el lugar de su anciano padre en el ejército. También, tenía una hermana y un hermano menor . Tras cumplir su servicio en el ejército, el Emperador le ofrece los más altos honores. Sin embargo, Mulan no desea seguir en el ejército, y pide sólo un burro para volver al hogar familiar. Cuando sus antiguos compañeros del ejército acuden a visitarla, quedan impactados al verla vestida como una mujer. El poema termina con la imagen de una liebre hembra (Mulan) y una liebre macho (sus compañeros) corriendo juntos, y el narrador preguntando si alguien sería capaz de distinguirlas.


En la balada, Mulán tiene un hermano menor y otra hermana. Como se aprecia en el dibujo

Aquí tenéis la balada completa traducida.

Los insectos celebran con su canto la tarde. Mulán está tejiendo ante la puerta. No se oye girar la lanzadera, tan sólo los lamentos de la niña. Preguntan dónde está su corazón. Preguntan dónde está su pensamiento. En nada está pensando, si no es en el rey Kong, su bello amado. La lista del ejército ocupa doce rollos y el nombre de su padre figura en todos ellos.

No hay un hijo mayor para el padre, un hermano mayor que Mulán. «Yo iré a comprar caballo y una silla, yo acudiré a luchar por nuestro padre.» Ha comprado en oriente un caballo de porte, ha comprado en poniente una silla y cojín, ha comprado en el sur una brida ha comprado en el norte un buen látigo.

Al alba se despide de su padre y su madre; cuando anochece, acampa junto al Río Amarillo. Ya no escucha el llamado de su padre y su madre, tan sólo el chapoteo del caballo en el agua. Al alba abandona el Río Amarillo; cuando anochece, llega a la Montaña Negra.

Ya no escucha el llamado de su padre y su madre, tan sólo a los caballos relinchando en el monte.

Cruzó miles de millas en busca de la guerra, corrió como volando por pasos y montañas, las ráfagas del cierzo traían son de hierro, a la luz de la luna brillaban armaduras. Allí los generales luchando en cien batallas morían, y después de haber dado diez años volvían a su casa, valientes, los soldados.

De vuelta, es recibida por el Hijo del Sol, que se sienta en la Sala de los Resplandores. Le concede medallas por sus méritos muchos, le ofrece alas de pato crujientes por millares. El Khan le ha preguntado qué quiere hacer ahora. «Mulán no necesita honores oficiales, dame un burro robusto de cascos bien ligeros y envíame de vuelta a casa de mis padres.»

Cuando escuchan sus padres que su hija se acerca, los dos salen a verla, dándose de codazos. Cuando escucha su hermana que su hermana se acerca, se arregla y se coloca delante de la puerta. Cuando escucha su hermano que su hermana se acerca, saca filo al cuchillo, sacrifica un cordero.

«He abierto la puerta de mi cuarto oriental, y en el occidental me he sentado en la cama. Me quité la armadura que llevaba en la guerra y me he puesto la ropa que llevé en otro tiempo. Delante del espejo, cerca de la ventana me he peinado el cabello enmarañado y he adornado mi frente con pétalos dorados.» Cuando Mulán salió ante sus camaradas, todos se sorprendieron, quedándose perplejos. Doce años estuvieron con ella en el ejército y ninguno sabía que era una muchacha.

Las patas del conejo saltan más, los ojos de la hembra son algo más pequeños, mas cuando ves un par corriendo por el campo, ¿quién logra distinguir la liebre del conejo?

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